¿Quién a quién?

Un hombre que había estudiado en muchas escuelas de metafísica se presentó ante Nasrudín. Describió en detalle en cuáles había estado y qué había estudiado para demostrar que merecía ser aceptado como discípulo.

-Espero que me acepte o, al menos, que me exponga sus ideas (dijo), puesto que he empleado tanto tiempo estudiando en esas escuelas.

-¡Qué lástima! (exclamó Nasrudín), usted ha estudiado a los maestros y sus enseñanzas. Lo que tendría que haber sucedido es que los maestros y las enseñanzas lo estudiaran a usted. Entonces sí habríamos tenido algo interesante.

Comentarios

Más capítulos