El caballo del lechero
Nasrudín decidió vender leña y compró a muy bajo precio el caballo de un lechero para que lo ayudase a repartir su mercadería. El animal recordaba su anterior recorrido y se detenía cada 2 o 3 casas, relinchando con fuerza. Las personas salían con sus tarros de leche e insultaban al Mulá cuando veían que este sólo llevaba leña.
Finalmente Nasrudín no pudo soportarlo más y amenazó al caballo con un puño, diciéndole:
-Pongámonos de acuerdo de una vez, ¿quién es el que vende, tú o yo? Tú relinchas para anunciar la leña y ellos me atacan por no traer leche.
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