No correr riesgos

Un teólogo estaba enfermo. Había oído decir que Nasrudín era un místico y en su semidelirio se convenció de que, después de todo, bien podría haber algo de verdad en todo eso. Fue así que mandó a buscar al Mulá.

-Prescríbame una oración que me facilite el tránsito al otro mundo, Mulá ya que usted tiene reputación de hallarse en contacto con otra dimensión.

-Encantado, hela aquí: “¡Dios ayúdame; diablo, ayúdame!

Sobreponiéndose a su postración, el santo se irguió escandalizado:

-Mulá, usted debe estar loco.

-No, en absoluto, mi estimado amigo. Un hombre en su situación no puede correr riesgos. Dado que existe una alternativa, debería tomar los recursos del caso por si se llega a dar cualquiera de la posibilidades.

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