¿Hasta dónde puede llegar la tontería de un hombre?
El Maestro fue sorprendido en el granero comunal, mientras trasegaba el trigo desde las bolsas de sus vecinos a la suya. Fue llevado ante el juez.
-Soy un tonto, (afirmó). No sé diferenciar el trigo ajeno del mío.
-Entonces, ¿por qué no echó su trigo en las bolsas de los otros?, (preguntó el juez)
-Ah, pero si sé diferenciar mi trigo del ajeno, ¡Tan tonto no soy!
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