Esperando que la masa leve

La esposa de Nasrudín lo mandó a buscar agua al río.

Ella le explicó que, si bien era tarea de mujeres, no podía ir porque estaba esperando que la masa levara.

El Mulá marchó despacio hasta el río, sumergió el cántaro en el agua, y lo perdió en la corriente.

Una hora más tarde estaba aún sentado allí, mirando con fijeza el agua. Alguien que pasó le preguntó qué hacía.

-Estoy esperando que la masa leve, (dijo).

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