¡Aten abajo!

El Mulá se hallaba a bordo de un barco cuando se desató una terrible tormenta. Todos fueron llamados a cubierta para arriar las velas y atarlas a los mástiles.

Nasrudín corrió hacia al capitán, gritando:

- ¡Tontos! No ven acaso que la nave se mueve desde abajo y sus hombres están tratando de atarla desde arriba

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