Se olvidó de sí mismo

Nasrudín golpeó las puertas de un castillo y solicitó ayuda para una colecta de caridad.

-Dile a tu amo ( le dijo el portero), que el Maestro Nasrudín está aquí y pide dinero.

El hombre entra al edificio y poco después regresa:

-Lo lamento pero mi señor no está.

-Entonces permíteme dejar un mensaje para él, (dijo Nasrudín) Aun cuando tu amo no ha contribuido con nada, le daré gratis este consejo. Dile que la próxima vez que salga no deje su cara en la ventana. Alguien podría robársela.

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