Ley económica

Durante las Cruzadas Nasrudín fue capturado y puesto a cavar zanjas cerca de la ciudad de alepo. El trabajo era agotador y el Mulá se quejaba de su suerte; sin embargo, el ejercito era bueno para él.

Un día acertó pasar por allí un mercader neutral que lo reconoció y lo rescató, pagando por él 30 dinares de plata. Lo llevó a su casa, le dispensó buen trato y le ofreció su hija.

Ahora Nasrudín vivía bastante confortable, pero la mujer resulto ser una arpía.

- Recuerda (le dijo ella un día) que tú eres el hombre que compró mi padre por 30 dinares y te entregó a mí.

- Sí (respondió Nasrudín), yo soy ese hombre. El pagó 30 por mí, tú me obtuviste por nada y yo perdí hasta los músculos que gané cavando zanjas.

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