Las hijas
Nasrudín tenía 2 hijas; una de ellas estaba casada con un granjero y la otra con un fabricante de ladrillos.
Un día recibió la visita de ambas.
La esposa del granjero dijo:
-Mi esposo ha terminado de sembrar. Si llueve me comprará un vestido nuevo.
La otra dijo:
-Espero que no llueva. Mi esposo acaba de hacer una gran cantidad de ladrillos que están listos para hornear. Si no llueve me comprará un vestido nuevo.
-Una de ustedes podrá valer algo (dijo el Mulá), pero no sabría decir cuál.
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