Eviten comprometerse

La nave parecía estar a punto de naufragar y los compañeros de viaje del Maestro (quienes se habían reído de él cuando les advirtió que deberían preparar sus almas para la otra vida), cayeron de rodillas suplicando ayuda. En medio de sus lamentaciones, estaban haciendo promesas sobre lo que harían en caso de salvarse...

-¡Calma, amigos! (gritó Nasrudín), ¡Qué prodigalidad con sus bienes materiales! Eviten comprometerse tal como siempre lo han hecho. ¡Confíen en mí! Creo ver tierra firme.

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