El médico
Una señora que no se sentía bien mandó a llamar al Mulá en su calidad de médico. Cuando éste llegó y trató de tomarle el pulso, la timidez de la paciente la llevó a cubrirse el brazo con la manga de su vestido.
Nasrudín sacó un pañuelo de su bolsillo y lo extendió sobre la manga.
-¿Qué está haciendo Mulá?
-¿No lo sabe? Un pulso de algodón siempre se debe tomar con mano de seda.
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